Manejar empresas en tiempo de recesión económica en los países es un reto empresarial que pocos logran superar de manera exitosa. Muchos empresarios tienen miedo de seguir adelante con los planes iniciales sí observan que la situación económica del país se mueve en sentido contrario al esperado. Como empresario, siempre hay que apuntar la éxito, y evitar aquellos errores que pueden costar caro y traer consecuencias negativas para el buen funcionamiento de la corporación.
Algo importante que los empresarios deben tener en cuenta es que hay que entender la verdadera dimensión de la crisis, si bien la empresa no es afectada de inmediato es inminente que en una situación de crisis de un país, el todo se ve afectado en la medida que las dificultades económicas avancen. Hay que aceptar la crisis y generar soluciones creativas para enfrentarla.
Otro aspecto importante que hay que tomar en cuenta es el manejo de las finanzas, con gran cautela. En épocas de crisis la previsión es una palabra clave. La empresas deben vigilar cautelosamente sus ingresos y sus gastos y seguir muy detalladamente la evolución del mercado y los movimientos de las ventas.
El empresario en tiempo de crisis debe estar atento a la comunicación con sus públicos internos y externos. Clientes, proveedores, empleados, accionistas, todos aquellos ligados a la empresa. La empresa debe cuidar cada elemento y revisar cada mensaje que se emite interna y externamente. Evitar rumores e información negativa que pueda afectar el desenvolvimiento empresarial.
Otro elemento que hay que tomar en cuenta es la estimación de riesgos, en el escenario macro y micro. Hay que replantear objetivos y acomodarlos a la nueva realidad.
Hay que evitar caer en excesos, ajustar los gastos en la cuenta de resultados previstos de la empresa y disponerse a cumplirlos de manera estricta. La pérdidas deben reducirse al mínimo, centrándose en conseguir la financiación o refinanciación necesaria para alcanzar el equilibrio de le empresa.
Vale destacar que la delegación de decisiones debe ser revisada y recentralizada de nuevo, continuar con los proyectos de inversión a corto plazo, y poner en el congelador aquellos que no sean de tanta urgencia.
Cuanto más rápida sea la respuesta de la empresa frente a los cambios del mercado, mejor se podrá planificar las estrategias que permitan restablecer el negocio.
Sobre reaccionar: La crisis es una situación delicada, por lo que no se deben tomar decisiones apresuradas. Se debe imponer la templanza.
No prever los posibles escenarios una vez superada la crisis: Existe un después de la crisis y hay que pensar en él. El empresario ha de imaginar cómo puede quedar el sector, y replantearse la búsqueda de nuevos mercados y productos para cuando termine la crisis.
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