Suelo conversar con mis amigos sobre alternativas para administrar empresas en estos tiempos complejos. A veces nos juntamos y hacemos una especial de lo que nos norteamericanos llaman Brain Storm para buscar alternativas que, puestas en práctica, nos permitan visualizar las mejores vías para cumplir con el objetivo de administrar de manera eficiente y eficaz nuestro negocio.
Algo en lo que todos hemos estado de acuerdo es la constante revisión de los objetivos generales y específicos del negocio. El plan que nos planteamos al inicio debe ser revisado, ver constantemente qué hemos logrado y qué nos falta para conseguir para coronar con éxito nuestra meta. Es importar que lo leamos y evaluemos porque a veces hay que hacer algunos cambios en el camino, sí observamos que están ocurriendo fallas, entonces hay que hacer alteraciones y replanteamiento. Insisto, hay que saber con certeza a dónde se va en el negocio y en la vida, saber hacia donde se dirige es la puerta abierta al éxito.
Otro aspecto que el empresario debe tomar en cuenta es administrar su agenda con racionalidad y eficacia. Hay que organizar el tiempo, y ser generosos con nosotros mismo. Hay que plantear tiempo productivo en la empresa, reuniones con colegas, actividades sociales, diversión con la familia, escapes espirituales y hacer ejercicio físico. El uso efectivo del tiempo redunda en la salud personal del empresario y del negocio.
Con una agenda clara, donde se establezca la importancia de las metas que se tiene que hacer sin delegar y las otras en las que hay que delegar a los empleados porque consumen mucho tiempo. En relación a ellos debes saber a que empleado puedes otorgarle la responsabilidad, hay que evaluarlos y saber sus capacidades para cumplir con las responsabilidad que se les encomiende.
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