Por Mauro
Libi Crestani. Conversando con amigos, familiares y empleados salió en
nuestra charla lo que termina siendo un actitud general, cómo decirle NO a esos
pensamientos negativos que nos embargan a diario y que no permiten que nos
concentremos en lo que realmente debemos hacer para cumplir con nuestros
objetivos y alcanzar lo que no hemos propuesto. No es fácil. La mayoría de eso
pensamientos negativo son poderosos, incontrolables y terminan por
paralizarnos.
Es un
desafío eliminar esos pensamientos paralizantes, especialmente si el entorno
está lleno de dificultades. A muchos les cuesta creer que existe un futuro
mejor cuando la desventura nos acosa. Lo más recomendable es ponerle ganas a lo
que se desea hacer y dejar esos pensamientos de lado, no dale importancia, sino
proponerse a trabajar para lograr el objetivo, sin dejarse descarrilar, estar
consciente que si se quiere ganar hay que trabajar de manera concentrada, con
pasión y claridad en las metas.
Los
expertos han planteado que el pensamiento positivo tiene tres componentes, que
no es otra cosa que los pensamientos concretos. Lo primero es la definición de
los objetivos, claro, con pasos pequeños, medibles ajustados a cada persona;
segundo, hay que dedicarse, con esfuerzo, trabajo ardúo a hacer la tarea; y
desarrollar una fuerte resistencia a la frustración adquiridas en las
experiencias cotidianas.
Es decir,
hay que hacerse de una voluntad de
hierro. Dominarse a sí mismo. Tomar una decisión y trabajar para concretarla.
Es preciso
decir “no” a la falta de esperanza y al pesimismo.
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