Por Mauro
Libi Crestani. Día a día estamos observando el incremento de los
niveles de estrés. La salud física y mental de los empleados es extremadamente
importante para las empresas y se requiere tomar acciones para disminuir la
ansiedad del personal que se siente afectado por las presiones de diferentes
factores.
Definitivamente
el estrés se ha convertido en uno de los males del siglo XXI y si bien no se considera una enfermedad como tal,
sus consecuencias pueden alterar la salud de la persona.
Muchos
estudios han concluido que una persona con estrés o deprimida tiene más
posibilidades de contraer una enfermedad ya que su sistema inmunológico se
debilita. El estado depresivo y el estrés bajan las defensas del cuerpo y la
persona que lo padece se vuelve endeble.
Existen
dos tipos de estrés según los expertos: El
llamado estrés agudo que es una respuesta a un peligro inminente, carga el
sistema con poderosas hormonas que pueden dañar de inmediato el sistema
cardiovascular.
El estrés
crónico, causado por una presión emocional intensa, que la víctima no puede
controlar, produce hormonas que pueden deprimir el sistema inmunológico y dañar
el óseo.
Esto
incrementa el riesgo de padecer lesiones esqueléticas musculares, a cierta
pérdida de la masa ósea, daño en el sistema cardiovascular causando daño en las
arterias, supresión del sistema reproductivo y problemas de la memoria.
Los
síntomas físicos, pueden ser dolor de cabeza, de espalda, cansancio,
sudoración, gastritis, depresión, ansiedad, insomnio, indigestión, alteraciones
de la piel, disfunción sexual, aumento de la frecuencia cardiaca, diarrea o
estreñimiento, etc. Entre los síntomas sociológicos puede señalarse cuando una
persona se le olvida todas las cosas, se siente cansado, alterado, las
relaciones con otras personas empiezan a fallar, se pelea con todo el mundo.
Cuando una
persona se enfrenta a una situación de estrés el sueño es lo primero que se
pierde (insomnio), tiene pesadillas, aumenta el apetito o por el contrario no
le da hambre.
Una
persona expuesta a situaciones de estrés constante tiene mucha probabilidad de
desarrollar problemas de hipertensión.
Las
personas que padece de estrés crónico deben acudir al médico para recibir
tratamiento, mientras tanto debe empezar a realizar actividades tales
como: Meditación, Ejercicios
de relajación y Yoga para lograr un alivio de los síntomas de manera
sostenida.
Cuando los
empleados sufren de estrés, la empresa tiene problemas y la productividad baja.
Es hora de atender el problema.
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