Una
empresa familiar puede llegar a ser una organización extremadamente exitosa. No
obstante, hay que tener en cuenta que con mucha frecuencia se descuidan
algunos aspectos fundamentales. Aquí les exponemos lo que suele suceder
para que, a manera de consejo, usted lo tome en cuenta y haga de la suya una
empresa familiar triunfe en el mercado.
Es
fundamental no abusar del nepotismo cuando la designación de los encargados de
dirigir algunas áreas del negocio no obedezca al talento y capacidad que posean
para ello, sino simplemente al hecho de formar parte del clan familiar. No
negamos que los familiares se comprometen más y si son competentes, pues,
sencillamente el equipo se fortalece, pero esté atento al momento de hacer los
nombramientos. Esta práctica puede crear resentimientos entre los empleados.
Hay que
distinguir entre las competencias profesionales que la empresa necesita de las
que la familia tiene. Si algunas de estas competencias no tienen candidatos
idóneos en la familia, entonces nombre profesionales externos.
Tenga
presente que no todos los familiares tienen necesariamente el mismo compromiso
que el emprendedor, así que piense concienzudamente cada designación que haga
para no tener que pasar después por el difícil trance de tener que despedir a
un familiar.
Busque un
auxilio externo a fin de que funja de mediador. La empresa familiar no es una
agencia colocación. Es una empresa y de eso tiene que tener conciencia toda la
familia. Programe reuniones con sus seres queridos y el mediador para dejar
sentados los objetivos y metas con miras a que se entienda con claridad que al
frente de determinados asuntos deberán estar expertos. La familia es la familia
y el negocio es el negocio. Eso es algo que debe quedar firmemente asentado.
Evite
tomar decisiones bajo el criterio de “porque yo lo digo”. Lo mejor será que en
las reuniones antes planteadas quede bien explicado el porqué de cada decisión,
objetivo y meta a establecer en la empresa familiar. Es fundamental la
comunicación, el que no la haya crea problemas, principalmente con los miembros
de la familia.
Todo debe
quedar bien explicado, designación de cargos, sueldos y, sobre todo,
obligaciones.
Los
conflictos personales y familiares deben dejarse en casa, no los traiga a la
empresa. Es necesario que haya mucha claridad, sobre todo cuando se trata de
gestiones compartidas en las que todos tienen igualdad de poder. Ejemplo de
ello, son las empresas dirigidas por hermanos en donde todos tienen igual
porcentaje en el nivel de decisión.
Lo mejor
es que si se prevé una gestión compartida en el futuro, haya una preparación
para ello. Hay que explicar con claridad quién estará al frente como líder.
Hay que
dejar sentando y firmemente aclarado que no hay familiares ni mejores ni
peores, sino una escala de responsabilidades en la que cada uno juega un papel
importante.
Sea
estratégico, paute desde el principio la obligatoriedad de realizar reuniones
periódicas en las que se defina la misión y visión empresarial, los objetivos y
las metas. Las empresas familiares suelen estar atadas a la tradición y son
resistentes al cambio. Evite conflictos a tiempo y prepare al clan para las
transformaciones que sean necesarias.
Prepare a
su sucesor. Esto es prioritario para el crecimiento de la empresa. Informe a
tiempo a la futura generación del proyecto de sucesión. Fomente el espíritu
emprendedor.
Hay que
reconocer el mérito y las iniciativas, pero también la previsión, por lo que el
riesgo debe ser controlado. Por encima del jefe del clan familiar debe estar un
órgano máximo de gobierno conformado por el consejo de administración en
el que todos —con la participación de profesionales externos— con autoridad y
profesionalismo, fijen las pautas y directrices de la empresa.
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