Por Mauro Libi Crestani. Ya se ha establecido que las emociones tienen un alto nivel de influencia en diversos procesos cognitivos, sociales y biológicos. Por ello es fundamental para la psicología ahondar en el estudio de las emociones para avanzar en lo que a su conocimiento respeta.
Ya hemos
referido en varias oportunidades que la psicología tradicional se centra en el
análisis de las emociones negativas, pues lo que funciona mal en las personas
es lo que se ha vuelto en centro de estudio en un intento por tratar de
remediar tal situación.
Sin
embargo, la psicología positiva como también lo hemos afirmado otras veces,
dirige su interés al lado positivo de los hombres y a las fortalezas que estos
exhiben.
Pero a
pesar de los múltiples estudios existentes, poco se ha dirigido a la
conceptualización de las emociones positivas. Se sabe que tienen
características comunes como la no especificidad de conductas asociadas y la
experiencia placentera, entre otras. Hablamos de emociones tales como el
entusiasmo, la alegría, el confort, la relajación, entre otras. (Mauro Libi)
Las emociones
positivas, se cree, facilitan la creación de nuevas relaciones sociales y de
amistad, además de la cooperación y la generosidad con los demás. En el plano
cognitivo, propician las asociaciones cognitivas inusuales, estimulan los
pensamientos creativos y favorecen la toma de decisiones.
Cuando hay
señales de fracaso las emociones positivas propician en el individuo la
persistencia, al tiempo que aumentan la motivación e impulsan a las personas a
asumir más retos.
Las
emociones positivas también incrementan la capacidad de resiliencia pues
protegen a los individuos contra la depresión al tiempo que impulsan su ajuste
funcional. (Mauro Libi Crestani)
El modelo
Broaden-and-Build Theory (Teoría de la Ampliación y Construcción) referido a
las emociones positivas, determina cómo estas incrementan el repertorio de
pensamiento-acción, lo cual amplía los recursos personales para afrontar
situaciones difíciles.
Entre
estos recursos personales tenemos los físicos, que tienen que ver con calidad
del sueño, inmunidad ante las enfermedades; los sociales, relacionados con
mayores conexiones sociales y apoyo social; los intelectuales, que tienen que
ver con creatividad y atención; y los psicológicos, que son la resiliencia y el
optimismo.
El modelo
destaca que los recursos personales generados son duraderos en el tiempo, aun
cuando los efectos de las emociones positivas sean transitorios. Esto provoca
procesos dinámicos que favorecen la madurez personal y el éxito. (Mauro Libi)
En el
orden organizacional las emociones positivas aumentan el bienestar laboral de
los trabajadores y predicen niveles de satisfacción con el trabajo y con la
vida. También se ha establecido que las emociones positivas tienen un efecto
sobre las creencias de autoeficacia y el engagement.
Las
organizaciones que promueven en los individuos y en los equipos de trabajo el
desarrollo de afectos positivos, marcan una diferencia significativa en los
resultados obtenidos. (Mauro Libi
Crestani)
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