Para
que las empresas subsistan a largo plazo deben practicar la responsabilidad
social con sus grupos de interés, mejorando sus condiciones. Su compromiso con
consumidores, proveedores, trabajadores, Estado y medio ambiente debe ser una
estrategia a seguir de forma constante y prioritaria.
La
responsabilidad social se debe dar tanto internamente, con los empleados, como
externamente, con la comunidad, ya que los consumidores basan sus decisiones de
compra no solamente en el precio y calidad, sino también en el impacto del
producto en el ambiente, así como en el trato que reciben de la empresa los
trabajadores.
Es
importante que la responsabilidad social de la empresa no se quede solamente en
la teoría sino que haya una implementación efectiva. Para ello, es necesario un
control por parte de la empresa y de los grupos de interés, a fin de garantizar
el cumplimiento efectivo de los programas, que favorezcan a todos los sectores,
sin dañar a nadie.
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